LA PRIMERA PROCESIÓN DE ‘LUNES SANTO’ EN LA CIUDAD DE MURCIA 12 de abril de 1897 (Versión actualizada, en cuanto no afecta a lo esencial) • Redacción ❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈ LA PROCESIÓN DE AYER nuestra ciudad, ha vuelto a lucir, arreglado con exquisito gusto por su camarero D Mariano Leante; este paso, se conservó en la iglesia de Padres Agustinos, y cuando ocurrió la exclaustración de los frailes, se trasladó a la parroquia de San Antolín, donde se conserva. Los sayones que en segundo término figuraban, han sido suprimidos por su estado de deterioro y no haber tiempo suficiente para su restauración o sustitución por otros. El Señor de la columna5, conocido también por el Señor del Malecón, es el que estaba en una capilla que existía a la entrada del Malecón y que, en el año de 1868, se trasladó a la iglesia de San Antolín para el culto. Sus camareros, D. José Pellicer y señora, han sabido combinar muy bien las flores y los juegos de bombas, para que resulte un conjunto elegante y artístico. El nuevo paso de Jesucristo ante Caifás6 consta de 7 figuras y acredita a su autor D. Damián Pastor, de consumado artista. Representa con mucha realidad la escena ocurrida ante el sumo sacerdote y hasta en los más pequeños detalles ha demostrado su autor el profundo estudio que para la ejecución de su obra ha hecho del pasaje bíblico y de indumentaria. Los juegos de bombas, regalo de sus camareros D. José López Morote y señora, resultan muy bonitos y en nuestro juicio han obrado muy bien no colocando adornos de flor, que la estética rechaza en este paso en absoluto. Tal y como ha lucido debe continuar luciendo. Y sin que esto sea quitar mérito a tan acabada obra, y adorno, deben a nuestro juicio para el próximo año colocar las figuras sobre una segunda tarima, para que los juegos de bombas no las cubran por completo, como ha sucedido en este año. —El titular de la Cofradía, el Santísimo Cristo del Perdón7, resulta un paso majestuoso y digno, formado por cuatro figuras entre las que sobresale la mag- Fue un acontecimiento en Murcia, por ser la vez primera que, en Lunes Santo, recorre las calles de nuestra ciudad una procesión1. Gentío inmenso se agolpaba en las calles de la carrera, haciendo el tránsito muy difícil y en algunos momentos imposible. Los balcones de las casas atestados de señoras, entre las que se contaban no pocas forasteras, atraídas por la novedad que la Ilustre Cofradía del Perdón ha introducido en las clásicas procesiones de Semana Santa. La de ayer resultó tan solemne y tan bien organizada, que hace honor a los regidores por su bien entendida y acertada dirección. Las túnicas de los alumbrantes resultan, a la par que ricas por su tela y elegantes por el corte, severas y majestuosas, cual corresponde al acto en que han de lucir. A las cinco de la tarde2 los caballos de la guardia civil se pusieron en marcha logrando difícilmente abrirse paso entre las miles de personas que invadían la plaza de San Antolín y sus alrededores. Seguían la banda de música de don Vicente Espada y la banda de tambores y cornetas de la Casa de Misericordia, vestidos estos últimos con túnicas de nazareno. D. Antonio Campillo llevaba el magnífico estandarte de la Cofradía, bordado en oro sobre terciopelo granate, verdadera obra de arte, en la que no se ha olvidado el más insignificante detalle, y que por lo bien concluida y el exquisito gusto que en su dirección han demostrado las piadosas y distinguidas señoritas de Fontes3, merecen justos elogios. El paso del Prendimiento4, que lució en las procesiones que en remota época sacaba el gremio de torcedores y tejedores de la iglesia de San Agustín, y que desde el año de 1777 no recorría las calles de [1] nífica figura de la Dolorosa, de D. Roque López, y el Crucificado que es una talla de primer orden. No desmerecen en nada de las anteriores figuras, la de la Magdalena obra nueva del escultor murciano Sr. Sánchez Araciel. El Cristo de la Cruz es el que estaba hasta hace poco en la ermita del Calvario en el Malecón8, y. que se ha retirado de allí, por amenazar ruina el edificio; el San Juan estaba también en la citada ermita, ambas imágenes han sido restauradas con gran esmero, por el Sr. Sánchez Araciel. La Dolorosa es la que antes estaba en San Agustín9. El conjunto de este paso inspira gran devoción y representa con suma propiedad la dolorosísima escena del Calvario. Además de los juegos de bombas, llevaba este paso focos eléctricos, alimentados por dos acumuladores de enorme peso (12 arrobas) colocados bajo el trono10, que ha sido construido por el artista Sr. Blesa. D. Joaquín González, camarero de este paso, ha estado verdaderamente inspirado en el adorno e iluminación. Y, por último, la imagen de la Soledad11, propiedad de la parroquia de San Antolín, lucía, soberbio manto negro y delantal blanco, bordado en oro, cuyo camarero D. Matías Yeste, ha sabido combinar todos los detalles en el adorno para que resulte un artístico conjunto. Tras de los pasos, seguía una comisión de la cofradía, formada por los Sres. Alcázar (D. R.), Stárico, Peñafiel, Lopez Morote, Pérez López, Guirao (D. A.) e Ibañez García, presidida por el hermano mayor, D. José Fairén. La capa la llevaba el Sr. cura de San Antolín, D. Pedro González Adalid, y por el Ayuntamiento, D. José Solís, D. Simón Parra y D. Adrián Perona. Cerraba la marcha la banda del señor Mirete y una sección de la guardia municipal. En la Catedral, depositó las ofrendas a que nos referíamos en nuestro número de ayer, el hermano mayor D. José Fairén, estando presentes además de los Sres. Arcipreste y Lectoral que las recibieron, los beneficiados D. Manuel Bolt y D. Ricardo Belmonte Toboso. Poco después de las 10, entró la procesión en su iglesia, habiéndonos demostrado la nueva cofradía, a la que deseamos larga vida y prosperidades, la verdad del refrán que dice: «Querer es poder». ___________ Memorable acontecimiento. Murcia, lunes santo, 12 de abril de 1897. El del inicio, va para 120 años. 2 A las cinco en punto de la tarde comienza la procesión, con un orden pautado, grave y solemne. 3 Afamado taller de bordado, en Javalí Viejo. 4 Primer paso de los cinco de la procesión. Desde 1777, no había salido. Del gremio de sederos, San Agustín. 5 Segundo paso de la procesión. Jesús atado a la columna o El Señor del Malecón. Martínez Tornel refiere tan preciada imagen en su romance El Malecón (1877). 6 Tercer paso de la procesión. Del conjunto sólo ha sobrevivido Caifás, del escultor Castillejos. 7 Cuarto paso de la procesión. Ya entonces nombrado Santísimo Cristo del Perdón. Imagen procedente de la ermita del Calvario. De donde pasó a San Antolín cuando la ermita amenazó con venirse abajo. 8 Confirma que, en 1897, la imagen ya había pasado a San Antolín, procedente de la ermita del Calvario. 9 Valiosa información. La imagen de la Dolorosa proviene del convento de San Agustín. 10 Los acumuladores eléctricos, toda una novedad entonces, eran enormes y aparatosos. 11 Quinto y último paso de la procesión. Fin del cortejo. 1 ❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈❈ ANTONIO MARTÍNEZ CEREZO. PAPELES MURCIANOS. AÑO V. Nº 103 • 31 de enero de 2015 • 1897: R ©Antonio Martínez Cerezo, de esta edición, transcripción, diseño y notas. Depósito Legal: MU 353-2013 Redacción (1897). La primera procesión de Lunes Santo en la ciudad de Murcia «Las Provincias de Levante». Año XII, Nº 3.362. Murcia, 13 de abril de 1897, p. 1, c. 2-3. Archivo Municipal de Murcia. Hemeroteca digital. Obra de Redacción, se publica con el antetítulo La procesión de ayer. Que modifico para acomodarlo al suceso que el anónimo reportero en realidad describe: la primera procesión de Lunes Santo celebrada en la ciudad de Murcia. El 12 de abril de 1897, a las cinco de la tarde, salió a la calle desde su sede en la Iglesia parroquial de San Antolín, iniciándose así una costumbre procesional que llega hasta nuestros días. El suelto periodístico recoge grande y muy valiosa información sobre este primer desfile procesional de Lunes Santo en Murcia, protagonizado por la entonces novísima Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón. Con once notas aclaratorias, lo rescato del olvido para la memoria cuando enero, ventoso, lluvioso y frío, agoniza en los cristales de mi norteño estudio, tan lejano de Murcia en lo físico y tan próximo en lo sentimental. [2]